por Pedro de Oraá

La Torre, 2020, Steel, 116 x 36 x 36.” Rodriguez Collection
La presencia de una escultura está siempre asistida de un aura enigmática de la cual carecen las otras artes plásticas. La escultura, además, es un todo en sí misma, un cuerpo que se basta en sus propios límites. La pintura, en cambio, no puede salirse de su condición fragmentaria; es un segmento de la realidad o la irrealidad que intenta representar dentro de los lados de su espacio ortogonal o del formato que fuere: la composición concentrada en esos lindes no concluirá nunca ahí, podrían sus detalles terminales extenderse hacia virtuales áreas colindantes donde plasmar su continuidad no conclusiva,,, ¿No se dice por esto que el cuadro es una ventana? Sólo se mira a través de una ventana una toma parcial del vasto mundo. En este sentido, la escultura es más libre (por autónoma): no se mira a través de ella, se mira directamente a ella, pues condensa en sí todo referente o significante: he ahí en su desnuda compacidad su misterio, su nimbo: si nos acercamos y nos detenemos ante ella, se hará visible en doble instantánea: interior y exterior son lo mismo, y en tanto la veamos, también seremos su objeto de posesión. Estas y otras disquisiciones suscitan las esculturas fantásticas de Mario Almaguer.

Guerrero, 2013, Steel, 70 x 24 x 10.”
Su obra en metal –con un sello personal muy definido si se compara con sus tallas en madera, sujetas a ese estilo cuyas raíces están en el culto a la escultura africana–, es en efecto cautivante por el vigor de su caudal fantasioso. Entes oriundos de otro sistema planetario, zoomorfoa y fitomorfoa, recios herrajes que parecen mimetizar el bestiario de un orbe y un tiempo desconocidos, armaduras totémicas que nos avisan del prototipo bélico de esas civilizaciones extraterrestres de arribo inminente. Pero estas figuras escultóricas no inspiran rechazo, no hay en ellas agresividad ni su apariencia es grotesca; al contrario, se les percibe cierto aire de graciosa naturalidad, elegancia de formas y líneas aún si aparecen salientes tubulares (rematados por disquillos o esferillas como para “no herir”), y que traducen en la bondad emanante de sus construcciones el principio de rigor artesano mas la voluntad de hacer belleza por el autor.

La calidad del acabado prestigia sus metales y a quien los crea; es el pensamiento ordenado del escultor el que insufla esa serena estabilidad, que no frío equilibrio, de las piezas, diversas de volumen y posturas, favorecidas a veces de ligeras inclinaciones como si fuesen a levantar vuelo. Pero el movimiento no es un concepto adicional al proceso configurativo de sus esculturas sino nada más como actitud, erguimiento, elevación. Almaguer, definitivamente no es un escultor que haya elegido el recurso cinético –tal el caso de su connacional Osneldo García, también ejecutor de metales–, como extensión de su propuesta expresiva. Por ser estática su escultura no es menos sugestiva: nos comunica con suficiencia, perfección preciosista de la materia y carga poética de su imagen. Ese pensamiento organizado de hacedor de formas es asimismo receptor de la intuición poética que las anima.

Serie Pendulous 4, 2012, Steel, 19 x 22 x 10.”
Se siente aquí, literalmente, la trasmisión de una poética como estado de creación (lo que en otros es falsa proposición, etiqueta retórica), y ello con fuerza constante y procreación próvida. Si indagamos en casos paralelos (sin incurrir en inoportunas comparaciones: sólo para establecer una evidencia), apenas encontraríamos aceptables ejemplos –Henry Moore: Head with Helmet (1950), David Smith: Voltri Bolton (1960), o los stables de Alexander Calder–, en la conversión de la materia metálica en un hecho estético. De Almaguer esperaremos siempre felices respuestas.

Ojo, 2017, Steel, 19 x 18 x 6.”
OFF THE WALL: Mario Almaguer | Oct 2, 2020 – Nov 12, 2020
Dedicada a preservar la historia y la importancia del arte cubano, Kendall Art Center / Rodríguez Collection muestra la obra de Mario Almaguer, quien ha establecido los principios clave de un lenguaje visual con implicaciones globales que van más allá de la isla y su diáspora.
Kendall Art Center 12063 SW 131st Ave, Miami, Fl 33186 United States